Las cifras resultan reveladoras para comprender el panorama. Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 800 millones de personas en el mundo sufre de algún tipo de pérdida auditiva y, contrario a lo que podría pensarse, sólo un tercio de esa población es mayor de 50 años, dato que demuestra que la sordera no es un problema exclusivo de la edad.
Otra cifra que me llama la atención es que sólo una de cada cinco personas que presenta una pérdida auditiva decide hacer algo al respecto, lo cual se debe a que en la mayoría de los casos -en 65% de ellos, para ser exacta- las pérdidas son leves.
Aunque el grado no sea severo, los síntomas son evidentes. La necesidad de escuchar la televisión a un volumen excesivo que suele molestar a quienes te rodean, o el hecho de que las personas deban repetirte a gritos las cosas cuando conversas con ellas a cierta distancia, son signos evidentes de pérdida auditiva, y obviamente tomar cartas en el asunto puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida y a frenar el avance de esta afección.
Acudir a un especialista para realizarse una audiometría es importante, así como también es clave comprender que las posibilidades de escuchar mejor no pasan exclusivamente por el uso de audífonos tradicionales, pues hoy en día hay un mundo de aparatos diseñados para ayudar a las personas a cuidar y mejorar su salud auditiva, desde tapones muy suaves que protegen los oídos en ambientes ruidosos, hasta potentes amplificadores auditivos que cuentan con un diseño muy similar al de los reproductores de música personales y por ello pasan completamente desapercibidos, o incluso modernas y atractivas gafas auditivas.
Así que quienes padecen de este tipo de problemas ya no tienen excusas, pues hoy cuentan con verdaderas soluciones.