Hace un par de días, de camino a la Escuela Oficial de Idiomas, me topé con Licorea, una licorería muy parecida al concepto que tenemos en Venezuela, aunque evidentemente mucho más pija que la mayoría de los establecimientos de este estilo. Hoy, finalmente, pude entrar y comprobar que tienen muchas de las cosas que se añoran por estas tierras, desde el Ron Santa Teresa Clásico, hasta el Pampero Aniversario (en su estuche de cuero), pasando por el tan buscado 1796. En cuanto a los precios, varían entre 15 y 27 Euros, y la verdad no me parecieron astronómicos tomando en cuenta que podemos conseguir estas botellas en España, sin tener que esperar a que algún amigo o familiar nos haga el favor de traerlas.
Además de los rones, tienen tequila del bueno, como el Don Julio 1942; y para los amantes del vino disponen de una oferta bastante variada, que incluye caldos de todas las regiones de España. Licorea también cuenta con accesorios para preparar cócteles, bebidas en estuches especiales, y promociones que varían mensualmente.
Coordenadas: Calle Segura, número 24. 03004, Alicante.
Teléfono: 966358596.
Y para quienes vivan fuera de Alicante, la tienda online cuenta con servicio de envío a todas las regiones de España.
Mucho de lo que percibimos a diario a través de nuestros sentidos nos impacta. En este blog encontrarás todas esas ideas que, para bien o para mal, se han quedado dando vueltas en mi mente.
martes, 2 de noviembre de 2010
Para los amantes de lo bueno
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Curiosidades
lunes, 1 de noviembre de 2010
No es un tópico, somos diferentes
El viernes pasado, durante una clase de Coaching para la estrategia empresarial, nuestro profesor nos explicó por qué las mujeres y los hombres somos tan distintos a la hora de expresar nuestras emociones. Aunque hasta ese momento había pensado que esas diferencias eran producto de frases hechas y lugares comunes, lo cierto es que cada sexo tiene su propia manera de conectarse con el área cerebral destinada al manejo emocional.
Louann Brizendine, neurobióloga y autora de The female brain y The male brain, explica que en el cerebro existen dos sistemas encargados del procesamiento de las emociones: el sistema de las neuronas espejo y el de la unión temporoparietal. Mientras el primero se relaciona con la capacidad de "empatía emocional", eso que nos lleva a identificar el estado anímico de las personas y a conectar con ellas; el segundo está más relacionado con la "empatía cognitiva", aquel que tiende a buscar una rápida solución ante los problemas y las emociones negativas.
La diferencia entre hombres y mujeres es que nosotras conectamos con las neuronas espejo muy fácilmente y tendemos a quedarnos allí, por eso nos identificamos con las emociones de otros, en un proceso que se denomina contagio emocional. Ellos, por el contrario, pasan rápidamente de las neuronas espejo a la zona de la empatía cognitiva, y es por eso que ante una persona que se muestra perturbada emocionalmente, los hombres tienden a buscar soluciones que resuelvan los problemas y no a conectarse con las emociones del otro.
Si estas diferencias sumamos la tendencia de las distintas sociedades de enseñarle a los varones a controlar sus emociones desde la niñez, es evidente que los hombres siempre estará en desventaja frente a las mujeres a la hora de expresar cómo se sienten frente a situaciones particulares.
Así que antes de discutir con ellos sobre su capacidad para lucir "imperturbables" frente a problemas y adversidades propias y ajenas, cual si fueran una réplica del Hombre bicentenario, hay que tomar en cuenta todo esto y tratar de comprenderles.
Louann Brizendine, neurobióloga y autora de The female brain y The male brain, explica que en el cerebro existen dos sistemas encargados del procesamiento de las emociones: el sistema de las neuronas espejo y el de la unión temporoparietal. Mientras el primero se relaciona con la capacidad de "empatía emocional", eso que nos lleva a identificar el estado anímico de las personas y a conectar con ellas; el segundo está más relacionado con la "empatía cognitiva", aquel que tiende a buscar una rápida solución ante los problemas y las emociones negativas.
La diferencia entre hombres y mujeres es que nosotras conectamos con las neuronas espejo muy fácilmente y tendemos a quedarnos allí, por eso nos identificamos con las emociones de otros, en un proceso que se denomina contagio emocional. Ellos, por el contrario, pasan rápidamente de las neuronas espejo a la zona de la empatía cognitiva, y es por eso que ante una persona que se muestra perturbada emocionalmente, los hombres tienden a buscar soluciones que resuelvan los problemas y no a conectarse con las emociones del otro.
Si estas diferencias sumamos la tendencia de las distintas sociedades de enseñarle a los varones a controlar sus emociones desde la niñez, es evidente que los hombres siempre estará en desventaja frente a las mujeres a la hora de expresar cómo se sienten frente a situaciones particulares.
Así que antes de discutir con ellos sobre su capacidad para lucir "imperturbables" frente a problemas y adversidades propias y ajenas, cual si fueran una réplica del Hombre bicentenario, hay que tomar en cuenta todo esto y tratar de comprenderles.
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