domingo, 12 de diciembre de 2010

En la ciudad número 30

Ayer, en una clase de Construcción de la Imagen de Marca, estábamos hablando sobre el City Marketing y de pronto salieron a relucir los resultados del Merco Ciudad 2010, uno de los estudios españoles de reputación realizados por Justo Villafañe, muy al estilo de los que lleva a cabo la Revista Fortune o Forbes.
Para mi sorpresa, Alicante no sólo está ausente en los 10 primeros lugares del ranking sino que figura como número 30, tras haber caído 8 puestos desde la medición realizada en 2008. ¿Y cuáles están entre las primeras? Además de Madrid y Barcelona, que ocupan el primer y segundo puesto, respectivamente, figuran Bilbao, Zaragoza, Donostia, Valencia, Vitoria, Málaga, Murcia y Santander.
Analizando los aspectos que fueron medidos en el estudio, pude darme cuenta de qué tienen esas ciudades que no tenga Alicante y las respuestas no fueron para nada alentadoras.
Aunque Alicante sale bien parada en la evaluación dentro de la Comunidad, segunda en todo, detrás de Valencia, y a pesar de contar con elementos que todos destacan, como el clima, sus playas, y su casco histórico; la falta de limpieza, escasez de áreas verdes, inseguridad, fallas en el transporte, y sobre todo las dificultades que hay para encontrar empleo la convierten en una de las ciudades en las que menos apetece vivir ahora mismo.
Así las cosas, los profesionales que vivimos acá nos encontramos en un verdadero dilema, porque ninguno de esos problemas resaltados por el estudio lograrían mermar la reputación de Alicante si existiesen fuentes de trabajo, eso es en realidad lo que obliga a replantearse la permanencia en la ciudad, por mucho que nos encante correr por las tardes con el mar como telón de fondo, o despertarse con unas increíbles vistas marinas, o pasear en las noches por la explanada a 15ºC, cuando el resto de España está a menos de 5ºC... Sólo nos queda esperar que los empresarios alicantinos apuesten por reforzar sus plantillas para hacerle frente a la crisis antes de que todo el talento joven haya abandonado la ciudad. 

sábado, 11 de diciembre de 2010

Carnes en Alicante

Para quienes estamos acostumbrados a degustar los suaves y jugosos filetes de carne que se consumen en Latinoamérica casi a diario resulta difícil intentar replicar la experiencia en España. Si vas a los supermercados y se te ocurre comprar los cortes que promocionan como "carne de vacuno A", que cuestan por encima de la media pero no tanto como un entrecot, te encontrarás comiendo una suela de zapato imposible de tragar; pero si te compras esos cortes deliciosos que se pasean entre el solomillo y el entrecot olvídate de comprar nada más, porque los precios por kilo rondan los 12 euros. 
Pero siempre hay opciones interesantes, que indudablemente pasan por los cortes argentinos. Una de ellas implica acudir al mercado de la ciudad y encontrar un puesto de carnes argentinas, allí podrás toparte con todos los cortes que quieras -aunque no con los mismos nombres que tenemos en Latinoamérica-, incluyendo el necesario para hacer carne mechada; y la segunda opción, perfecta para quienes tenemos poco tiempo para irnos de excursión a los mercados, es localizar un buen asador argentino donde poder deleitarte con un buen trozo de carne, de esos que están tan suaves que te deshacen en la boca. 
Ángel y yo llevábamos tiempo buscando buenos sitios de carne en Alicante. En el intento pasamos por Parilla Lanus y el desaparecido Rodizio del Centro Comercial Torre Golf; sin embargo, recientemente hemos ido a dos restaurantes a los que, sin duda, volveremos. 
El Rancho es el primero de ellos. Aunque al entrar el sitio no tiene ningún detalle que lo haga especial, una vez que traen la carta te das cuenta de la variedad de cortes que ofrecen y de que piensan, incluso, en los vegetarianos y los celiacos. Y ya cuando te decantas por un plato y este llega a la mesa, simplemente te dejas seducir por los olores y por la textura de la carne. Para cerrar pedimos la típica crepe de dulce de leche, que estaba increíble!
La segunda opción, recientemente inaugurada en la zona de La Albufereta, es Los Troncos, un asador argentino que desde su apertura no ha parado de recibir comensales, ni siquiera en días festivos. Fui con un grupo de amigos el pasado Día de la Constitución y la pasamos genial. Aunque tuvimos que esperar como 25 minutos por la llegada de los platos, la espera valió la pena. En mi caso pedí un Entrecot Los Troncos y estaba suave y jugoso; Ángel se pidió las costillas de ternera y estaban excelentes. Si bien los postres no son su fuerte -también nos pedimos una crepe que estaba particularmente dura y sosa-, lo compensaron con una botella de un buen cava por cuenta de la casa. 
Coordenadas: 
El Rancho. Avenida Eusebio Sampere, 10. Teléfono: 965133179. 
Los Troncos. Avenida Albufereta, 98. Teléfono: 965659816.

martes, 2 de noviembre de 2010

Para los amantes de lo bueno

Hace un par de días, de camino a la Escuela Oficial de Idiomas, me topé con Licorea, una licorería muy parecida al concepto que tenemos en Venezuela, aunque evidentemente mucho más pija que la mayoría de los establecimientos de este estilo. Hoy, finalmente, pude entrar y comprobar que tienen muchas de las cosas que se añoran por estas tierras, desde el Ron Santa Teresa Clásico, hasta el Pampero Aniversario (en su estuche de cuero), pasando por el tan buscado 1796. En cuanto a los precios, varían entre 15 y 27 Euros, y la verdad no me parecieron astronómicos tomando en cuenta que podemos conseguir estas botellas en España, sin tener que esperar a que algún amigo o familiar nos haga el favor de traerlas. 
Además de los rones, tienen tequila del bueno, como el Don Julio 1942; y para los amantes del vino disponen de una oferta bastante variada, que incluye caldos de todas las regiones de España. Licorea también cuenta con accesorios para preparar cócteles, bebidas en estuches especiales, y promociones que varían mensualmente. 
Coordenadas: Calle Segura, número 24. 03004, Alicante. 
Teléfono: 966358596. 
Y para quienes vivan fuera de Alicante, la tienda online cuenta con servicio de envío a todas las regiones de España. 

lunes, 1 de noviembre de 2010

No es un tópico, somos diferentes

El viernes pasado, durante una clase de Coaching para la estrategia empresarial, nuestro profesor nos explicó por qué las mujeres y los hombres somos tan distintos a la hora de expresar nuestras emociones. Aunque hasta ese momento había pensado que esas diferencias eran producto de frases hechas y lugares comunes, lo cierto es que cada sexo tiene su propia manera de conectarse con el área cerebral destinada al manejo emocional. 
Louann Brizendine, neurobióloga y autora de The female brain y The male brain, explica que en el cerebro existen dos sistemas encargados del procesamiento de las emociones: el sistema de las neuronas espejo y el de la unión temporoparietal. Mientras el primero se relaciona con la capacidad de "empatía emocional", eso que nos lleva a identificar el estado anímico de las personas y a conectar con ellas; el segundo está más relacionado con la "empatía cognitiva", aquel que tiende a buscar una rápida solución ante los problemas y las emociones negativas. 
La diferencia entre hombres y mujeres es que nosotras conectamos con las neuronas espejo muy fácilmente y tendemos a quedarnos allí, por eso nos identificamos con las emociones de otros, en un proceso que se denomina contagio emocional. Ellos, por el contrario, pasan rápidamente de las neuronas espejo a la zona de la empatía cognitiva, y es por eso que ante una persona que se muestra perturbada emocionalmente, los hombres tienden a buscar soluciones que resuelvan los problemas y no a conectarse con las emociones del otro.
Si estas diferencias sumamos la tendencia de las distintas sociedades de enseñarle a los varones a controlar sus emociones desde la niñez, es evidente que los hombres siempre estará en desventaja frente a las mujeres a la hora de expresar cómo se sienten frente a situaciones particulares. 
Así que antes de discutir con ellos sobre su capacidad para lucir "imperturbables" frente a problemas y adversidades propias y ajenas, cual si fueran una réplica del Hombre bicentenario, hay que tomar en cuenta todo esto y tratar de comprenderles. 

domingo, 17 de octubre de 2010

Escuchar bien es una necesidad

Desde que comencé a trabajar en el sector de la salud auditiva me he dado cuenta de que son muchas las personas que no son capaces de aceptar que tienen problemas de audición. La discriminación social que existe alrededor de quienes utilizan audífonos y la creencia de que se es "muy joven" para padecer de este tipo de discapacidad hace que muchos decidan evadir la situación, y hasta lleguen a ignorar voluntariamente síntomas evidentes de que hay algo que no anda bien. 
Las cifras resultan reveladoras para comprender el panorama. Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 800 millones de personas en el mundo sufre de algún tipo de pérdida auditiva y, contrario a lo que podría pensarse, sólo un tercio de esa población es mayor de 50 años, dato que demuestra que la sordera no es un problema exclusivo de la edad. 
Otra cifra que me llama la atención es que sólo una de cada cinco personas que presenta una pérdida auditiva decide hacer algo al respecto, lo cual se debe a que en la mayoría de los casos -en 65% de ellos, para ser exacta- las pérdidas son leves. 
Aunque el grado no sea severo, los síntomas son evidentes. La necesidad de escuchar la televisión a un volumen excesivo que suele molestar a quienes te rodean, o el hecho de que las personas deban repetirte a gritos las cosas cuando conversas con ellas a cierta distancia, son signos evidentes de pérdida auditiva, y obviamente tomar cartas en el asunto puede ayudarte a mejorar tu calidad de vida y a frenar el avance de esta afección. 
Acudir a un especialista para realizarse una audiometría es importante, así como también es clave comprender que las posibilidades de escuchar mejor no pasan exclusivamente por el uso de audífonos tradicionales, pues hoy en día hay un mundo de aparatos diseñados para ayudar a las personas a cuidar y mejorar su salud auditiva, desde tapones muy suaves que protegen los oídos en ambientes ruidosos, hasta potentes amplificadores auditivos que cuentan con un diseño muy similar al de los reproductores de música personales y por ello pasan completamente desapercibidos, o incluso modernas y atractivas gafas auditivas
Así que quienes padecen de este tipo de problemas ya no tienen excusas, pues hoy cuentan con verdaderas soluciones. 

sábado, 2 de octubre de 2010

De paseo por Granada


Hace una semana, como regalo anticipado de cumpleaños, mi esposo me invitó a Granada, un destino realmente fascinante. La ciudad encierra en cada uno de sus rincones siglos de historia y tradiciones; sus calles están repletas de exóticos paraísos gastronómicos que invitan a probar toda suerte de platillos de marcada influencia marroquí; y sus habitantes -andaluces tenían que ser- son increíblemente corteses y cercanos, al punto de que no es difícil sentirse como en casa.
Confieso que antes de ir a Granada pensaba que lo único realmente importante era La Alhambra; pero una vez allí, me di cuenta de que hay decenas de lugares encantadores que me gustaría compartir. 
Voy a comenzar por el hotel. Nos alojamos en el Macià Real de la Alhambra, un hotel de moderno diseño que está a 5 minutos en coche de La Alhambra, pero que al mismo tiempo se encuentra muy bien comunicado con el centro de la ciudad. Las habitaciones son amplias, el aseo es impecable, y los desayunos copiosos. 
La ciudad se puede recorrer en un día, pero eso sí, deben ir preparados para una larga caminata. Hay muchos sitios que merece la pena visitar, pero en particular los Jardines del Triunfo; el Monasterio de San Jerónimo; el mercado Alcaicería; y el Corral del Carbón, uno de los edificios más antiguos, construido antes de 1330. También en el centro están la Catedral, y la avenida Reyes Católicos, repleta de tiendas y bares, y en cuyos alrededores se puede medir el pulso de la ciudad. Un poco más hacia la montaña se encuentra el Albaicín, un barrio típico de la región, con sus calles empedradas, sus restaurantes, bares y mercadillos. En este último es, precisamente, donde quedan la calle Calderería Nueva o Calle de las Teterías, un verdadero rincón moro enclavado en Granada(en la foto); el Mirador de San Nicolás (primera imagen del post), perfecto para ir al atardecer y ver al sol ocultarse tras La Alhambra; y el Sacromonte, con unas bonitas vistas y una abadía antigua muy hermosa. 
En cuanto a la comida, no puedo dejar de hablar del Bar Kiki, que resultó ser toda un sorpresa. Ubicado en el Mirador de San Nicolás, cuenta con una vista envidiable. Allí probamos el mejor revuelto de setas y gambas que hemos comido en España, y un paté de foie con salsa de naranjas, almendras y pasas que estaba delicioso. 
El último día se lo dedicamos a La Alhambra. Aunque todo está dicho sobre este increíble recodo granadino, nada es comparable a la sensación de estar allí. Sus jardines son realmente sorprendentes, y la posibilidad de caminar justo sobre el salón donde se cree que Cristóbal Colón negoció el viaje a América con la Reina Isabel La Católica, es indescriptible. Por muy cansados que estén no dejen de visitar el Generalife (en la foto), pues sus vistas y sus increíbles jardines los dejarán sin aliento.       

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Mucho más que el típico menú

Hace una semana fui a comer con mis compañeros de trabajo a Cervantes, un restaurante ubicado muy cerquita de la Avenida Maisonnave, en la calle Alemania. Confieso que había pasado muchísimas veces por allí pero nunca me había planteado entrar, porque desde afuera pareciera estar destinado a públicos más creciditos, tanto de edad como de presupuestos. Sin embargo, luego de haber probado la comida me arrepiento de que mis juicios previos, una vez más, me hayan llevado a postergar mi visita durante tanto tiempo, pues los platillos estuvieron deliciosos y bien presentados, los mesoneros se esmeraron por atendernos, y los precios se mantuvieron por debajo de lo esperado: pedimos un copioso menú, que incluía bebida, postre y café, por sólo 15 euros. 
Habían varias opciones de menú, pero Ester, María José y yo nos decantamos por las más llamativas. De entrada un huevo escalfado sobre crema de papas y cama de pisto, una cazuelita de papas fritas con entrecot al queso Roquefort, y un flan casero con bizcocho que estaba muy rico. 
Ester dice que hacen un arroz negro de muerte, así que tendré que volver para comprobarlo. 
Dirección: Esquina Calle Alemania con Calle París, Alicante. 
Teléfono: 966 596995