Sin embargo, esta es una excepción, pues las separaciones, como asegura Vallvey en su nota, se han convertido en una “patología universal”, y obviamente los divorciados o separados en general son un mercado muy atractivo, no sólo por su número sino por los embates emocionales que deben afrontar, hecho que los convierte en presa fácil de diversas ofertas comerciales, desde clubes de divorciados y gimnasios, hasta agencias de viajes y terapeutas profesionales.
Una de las que más ha llamado mi atención es la oferta de Bernd Dressler, un ex vendedor de seguros berlinés que creó la web www.trennungsagentur.com para ofrecer sus servicios de rupturas a domicilio. Contrario a lo que podría pensarse, la mayoría de los clientes de Dressler son mujeres, quienes le contratan para que informe a sus parejas de la separación y los términos exigidos por ellas, incluyendo el desalojo de la casa y las condiciones monetarias del acuerdo.
Al parecer el negocio va tan bien que Dressler está buscando socios en distintas ciudades de Europa para convertir el servicio en una franquicia, habrá alguien que se anime a iniciar operaciones en España?
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